
Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, ágorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales.
MARIO BENEDETTI. Despistes y Franquezas. Alfaguara.
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